Tendencias en las etiquetas de vino

Pretender dar una opinión uniforme sobre cómo debe diseñarse una etiqueta de vino, es tan amplio y por tanto, complicado, como hablar sobre gustos. En esto tampoco hay verdades absolutas, como no lo hay en nada en lo que intervengan las preferencias subjetivas de cada uno.

De lo que sí nos atrevemos a opinar es sobre qué tendencias son más comunes, más frecuentes y más abundantes en el diseño de las etiquetas de los vinos, y a ello nos vamos a referir.

Lo más llamativo de las tendencias actuales, es el cada vez mayor uso de imágenes sencillas, claras, poco recargadas y muy minimalistas. Los colores suelen ser básicos e intensos y el empleo de tipografías claras y fáciles de leer. Todo en aras de conseguir una imagen directa y atractiva.

La concienciación ecológica de los diseñadores también está ganando enteros. Cada vez más encontramos etiquetas de vino con un enfoque claro en la sostenibilidad y la responsabilidad social, en paralelo a la misma concienciación por la que discurre la mayoría del mundo occidental. Papeles ecológicos, reciclados, derivados de materiales tan curiosos como la piedra (por lo menos de algún tipo de piedra, 80% de carbonato cálcico y un 20% de resina de polietileno, no tóxica) al igual que las tintas, adhesivos, barnices…

También se observa una mayor inclusión de elementos relacionados con el arte y cultura locales, como reivindicación de lo particular sobre lo general.
Y desde luego, mucha información. El cliente final cada vez entiende más de vino y no se conforma con “beber”. Al tiempo quiere “saber”. Procesos de producción, orígenes, variedades, tiempos, materiales que han intervenido…

Todo el maravilloso mundo del vino, empieza con una etiqueta.

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